domingo, 18 de diciembre de 2011

HABEMUS PAPAM

HABEMUS PAPAM

Es increíble la magnífica interpretación de Michel Piccolli, con más de 85 años, en esta deliciosa película, sutil, fina, medida y sin excesos, que trata de forma humana y brillante el factor humano de la responsabilidad, en una ficción claramente incierta pero creíble y que no cae ni en la sensiblería ni en el anticlericalismo zafio.

En esta reseña crítica de la película “Habemus Papam”, de Nanni Moretti, nos dan más detalles del argumento y del interés de la cinta.








Estamos ante un cardenal que, tras haber sido nombrado Papa, no se ve con suficiente capacidad para hacerse cargo de la inmensa responsabilidad.

¡Qué distinto ese miedo escénico y ese sentido de la autolimitación de otros políticos que todos podemos tener in mente que han carecido de ese pánico por el abismo pero nos han llevado a los demás al precipicio.

martes, 13 de diciembre de 2011

DIVISIÓN DE PODERES




El presidente del PP y futuro jefe del poder ejecutivo "nombra", "designa" al presidente del poder legislativo, sin cortarse un pelo. Sin el más mínimo decoro por las formas. Es una manera muy descarada de interpretar la división de poderes.

Sólo falta que el jefe del ejecutivo designe al nuevo fiscal general del Estado y nombre igualmente a la mayoría de los vocales del Consejo General del Poder Judicial y a los magistrados del Tribunal Constitucional.

Todos los poderes del Estado -o casi todos- en manos de un césar, de un ungido, aunque sea electo.

¿Es esto lo que se entiende por división de poderes?

miércoles, 15 de junio de 2011

CORRUPCIÓN EN LA UNIVERSIDAD


He leído el libro “Corrupción en la Universidad” y he visto hoy la entrevista con su autor, José Penalva. Muy graves son las acusaciones sobre el nivel de putrefacción institucional y sistemática de la llamada enseñanza superior. Testimonios como este deberían servir para que fuéramos conscientes de que el actual sistema es insostenible.

viernes, 27 de mayo de 2011

A RUDE AWAKENING



Es apasionante la decisión de la Chacón. Comunica que no va a ser candidata. Es noticia que no va a ser candidata. Siguiendo esa lógica, podríamos anunciar todos los terremotos que hoy no han ocurrido en cualquier parte del planeta o comunicar a todos los medios que tal o cual personaje no ha muerto.

Como han llegado a las más altas cumbres de la responsabilidad política personas de la endeblez intelectual, profesional y pública de la frustrada o malograda cuasicandidata, no era descartable que ella misma se creyera con posibilidades de ser designada, nominada o simplemente aupada a disputar la presidencia del gobierno en unas eventuales elecciones generales. Tan disparatado está el patio de Monipodio de la política nacional que el hecho de que una entelequia no haya llegado a ser realidad es un hecho noticiable.

Definitivamente, España no estaba preparada para tener una mujer presidenta, catalana, joven, candidata del PSOE perteneciendo a otro partido (el PSC). El sueño se desvaneció.

Durante semanas la inefable lideresa etérea y posmoderna, indocumentada pero autosuficiente y neciamente engreída ha vivido una comedia grotesca, cruel y agridulce como la de la señorita de Trevélez, de Carlos Arniches, luego vertida al cine con el nombre de Calle Mayor y dirigida por Juan Antonio Bardem.

La patética imagen de la compungida ministra tras su caída del caballo es una mueca ridícula en el esperpento de la política nacional. Frente a la grave crisis institucional, económica, frente a la constatación del rechazo de las políticas antisociales de un gobierno sólo nominalmente socialista, Carme mantenía idéntico autismo engolado que el de su inefable mentor. La cruda realidad se impone. De momento el primer asalto lo gana la profesionalidad de los tiburones más curtidos.

jueves, 26 de mayo de 2011

La muerte digna de los políticos con mando en plaza




¿Qué sentido tiene prolongar artificialmente la vida cuando ya no hay esperanza razonable de sobrevivir en condiciones dignas y además se hace a costa de un insoportable sufrimiento para ti y para los que de ti dependen o contigo sufren?
Esa es la pregunta que se puede hacer a los políticos cuyo ciclo ha llegado a su fin, que son cadáveres andantes, mantenidos sólo por los resortes mecánicos de las entretelas del poder y su firma en el BOE, pero que carecen de la sustancia que les dio algún tipo de legitimidad o de apoyo y base para acceder a su puesto.
Los gobernantes, como todo en esta vida, también tienen su fin. Aunque ellos no siempre son conscientes de cuál es su mármol y su día, no siempre lo saben. En una democracia, aun una democracia de baja calidad como la española, no son eternos. En una dictadura sí han logrado morir en la cama con el bastón de mando, pero sin librarse de los signos de decadencia y descomposición inherentes a situaciones tan esperpénticas como los estertores del franquismo o del castrismo.
En nuestro desdichado caso, el político efímero, quien hizo del corto plazo y de la improvisación su método, ya se sabe un muerto viviente. Ha querido controlar los tiempos, pero ya el control político se le escapa de las manos, ya está desbordado por los resultados de su propia incompetencia y de los disparates de su política.
Por eso no deja de ser un espectáculo patético ver cómo el inquilino de La Moncloa se resiste a tener una muerte digna y quiere seguir manteniendo artificialmente su vida, como le hicieron al caudillo en su larga agonía, con el célebre equipo médico habitual teledirigido por la camarilla del Pardo y el ilustre marqués yerno.
Esa muerte digna sería saber retirarse a tiempo y no seguir haciendo más daño a la gobernación del país y especialmente a su propio partido, al que ha hundido en las cotas más bajas de poder institucional desde el establecimiento de un sistema democrático.