martes, 20 de marzo de 2012

Alarma por las agresiones antisemitas

El salvaje y demencial atentado, de inspiración claramente racista, que se ha perpetrado en Tuolouse, es una muestra más de la demencia del nunca extinguido espírtu antisemita que invade el mundo occidental, por no hablar de otras latitudes que estarían deseando –si pudieran- concluir la inconclusa tarea de Hitler y los suyos de la solución final. La propaganda antijudía, tan omnipresente en los telediarios y en el imaginario colectivo español, que hunde sus raíces en el antisemitismo indisimulado del régimen de Franco, que nunca reconocío al estado de Israel, se ha extendido a una parte de la progresía y el izquierdismo de pacotilla dentro de una visión simplista y maniquea del conflicto de Oriente Próximo. No se reconoce ni el derecho de Israel a existir como estado ni a su legítima defensa de los ataques bélicos y terroristas que desde 1948 se han venido produciendo con el propósito de dejar a los judíos sin territorio, sin posibilidades de desarrollarse como pueblo y de poder por fin en paz en su tierra tras una secular e injusta persecución, que no ha conseguido por fortuna culminar el genocidio que sí se llevó a cabo en los siniestros años de la segunda guerra mundial en diversas ciudades europeas. El atentado de Toulouse no es obra de un loco, por mucho que su autor pueda presentarse como un fanático descontrolado. El atentado de Toulouse es una consecuencia más de ese auténtico fenómeno del odio al judío. Sólo si en la educación de las nuevas generaciones existe la voluntad de inculcar a los jóvenes el respeto por Israel como uno de los pocos países democráticos de Oriente Medio. Y a superar ese tremendo estereotipo que funciona como un terrible estigma, dejaremos de estar abonando la semilla de un nuevo holocausto, que está en el programa no sólo de Irán, sino de todos los que pretenden borrar a los judíos de la faz de la tierra. Porque en estas épocas de lo políticamente correcto, de las ONGs, de una presunta apertura y comprensión a otras culturas, a las minorías y a lo diferente, en estas décadas en las que ya no debería estar en cuestión la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, el racismo cruel e irracional contra los judíos –tan extendido en amplios sectores de la sociedad españrola- debería ser un pasado superado de un pasado histórico que nos debería avergonzar. Que en muy pocos foros resuene la voz de la condena al antisemitismo es muy alarmante. Que una masacre como la de una escuela judía, un acto inhumano, cobarde y de la más vil inspiración, no haya sido objeto de una condena enérgica por parte de la sociedad española y de sus biempensantes representantes, nos demuestra en qué medida debe recordar a toda la opinión pública occidental que no se pueden crear las condiciones para que un clima hostil e intolerante contra la “judeomasonería” vuelva a resucitar el espíritu colectivo que hizo posible el Holocausto, con tantas complicidades activas y pasivas como ominisamente se registraron. Y que no limitan los monstruosos crímenes cometidos a la obra de un loco (Hitler), sino de una responsabilidad y una culpa colectivas que no se han querido asumir como lo que fueron.

martes, 13 de marzo de 2012

La casta parasitaria se blinda

Informa EL CONFIDENCIAL de la negativa de los grupos parlamentarios del PP y el PSOE a aplicar a los exaltos cargos un régimen de incompatibilidades decente y congruente con los tiempos de austeridad y recortes que vivimos. Es muy difícil que de esta forma los políticos profesionales se ganen el prestigio y la confianza de la gente, con lo grave que es este hecho y las demoledoras consecuencias que tiene para la legitimación moral de nuestro sistema democrático. Se han blindado. Los sacrificios que infligen a la población a ellos no les tocan. Es preferible no poner adjetivos a esta conducta, pues se califica por sí misma.

viernes, 10 de febrero de 2012

La defensa del juez campeador como muestra de la esterilidad intelectual de la izquierda más incompetente



Tras la condena por hechos probados y graves para un representante del poder judicial,  asistimos a la hipostasía –casi canonización- de un personaje tan inefable como el juez estrella por antonomasia, el incomparable, el único, el inigualable………. Baltasarrrrrr Gaaaaar-zón….. (Un fuerte aplauso)
        No deja de ser sorprendente la Garzón-manía. A falta de otros referentes más racionales, el icono televisivo más superferolítico de la justicia universal, el héroe solitario contra el sistema corrupto y fascista, sigue ganando adeptos para su "causa", que más allá de su ego, su megalomanía y su afán de lucro, aún no sabemos cuál es. Ni quizá tampoco sus desmedidos fans, algunos ya bastante talluditos pese a que exhiben una pasión y un histerismo propios de adolescentes fascinados por un cantante niñato.

    El producto Garzón no se ha limitado al mercado nacional. Merced a la resonancia de sus fallos y al nombramiento de un magistrado suspendido en un tribunal penal internacional, la fama de don Baltasar es ya mundial. Como no podía ser de otra manera. Por lo que se refiere a la imagen exterior de España, la injusticia contra el juez campeador se incorporará al acervo de la leyenda negra y del conjunto de topicazos que distorsionan totalmente la imagen del país allende sus fronteras. Un país que mata toros, tortura animales en sus fiestas, persigue a jueces que quieren castigar a los franquistas. Y que encima gana competiciones internacionales con dopaje a tutiplén. No obstante, si todo este circo nacional y foráneo sirve para atraer más turistas para que vean que Spain is different, bienvenida sea la leyenda del juez campeador.

     La sentencia condenatoria del ya ex-juez Garzón ha provocado un revuelo inmenso, colosal. Un episodio más de la historia de los jueces-políticos o de los políticos-jueces y del paso del gran héroe mundial de la justicia universal por las listas electorales del PSOE como independiente de reconocido prestigio, dejando en suspenso la instrucción de los sumarios bajo su jurisdicción, que luego retomó para vengarse de quienes no le dieron los cargos que tan eximio magistrado merecía, de donde nuestro insigne protagonista coligió que sus antiguos compañeros de filas eran los culpables del terrorismo de Estado. Con prevaricación y alevosía. Filtrando sumarios secretos. Presionando con la cárcel al secretario de Rafael Vera para que cantara, él, que no estaba acusado de nada y que vivió un tiempo en prisión por el libre albedrío del epónimo mundial de las causas más justas y sagradas. En su día perpetró sus hazañas judiciales con el apoyo de EL MUNDO, que hoy tanto lo denuesta y lo anatemiza. Cosas del espíritu correveidile, oportunista y tergiversador.
          La verdad, la garzon-manía no la entiendo demasiado. El personaje dista mucho de ser un referente de las ideas que hay que defender. Y los ataques al Tribunal Supremo constituyen un disparate desproporcionado. Desde luego, sólo el peso brutal de la propaganda justifica la defensa apasionada del zascandil ególatra, que ha echado a perder tantos juicios por su mala instrucción, su afán de protagonismo y su manipulación escandalosa.

  Seguro que hay gente que piensa que el único juez que trabajó contra el terrorismo, el tráfico de drogas y el crimen organizado fue Baltasar Garzón. Que los demás magistrados se pasaban el día tumbados a la bartola porque el único profesional de la justicia que ha habido en España para todas esas grandes causas es el juez estrella por antonomasia. Justamente, por toda su meritoria trayectoria no se debería haber procesado al egregio y celebérrimo magistrado. Como si toda esa labor judicial de la judicatura contra los delitos que juzga la Audiencia Nacional la hubiera llevado a término en exclusiva el gran protagonista mediático de todos los telediarios y todas las portadas.

   Si en lugar de defender un modelo alternativo a la dictadura del dinero, se vuelve a hacer lo mismo que en 2000-2004 (Prestige, no a la guerra, talante) y ahora vamos a hablar de Garzón y de la anulación del temario de las oposiciones de noviembre de 2011 (que en la parte que yo conozco, bien derogado está), apaga y vámonos.
           Sólo nos falta ponernos camisetas, insignias, pósters, pancartas y globitos con la efigie del juez campeador y llevar a cabo toda una estruendosa cacerolada a favor del pobre héroe perseguido por tantos franquistas y facinerosos. Y después converger con los “poetas” y letristas de la marea verde, con sus sueños, sus insufribles vídeos y su literatura barata, mitad parroquia progre, mitad perrofláutica, pero de una mediocridad tan estridente que sirve más de argumento para la parte contraria que de emblema para oponerse al orden establecido, que fuerte oposición merecería, por cierto.
      Esta es la hinchada hooligan que les gustará a los aparatos, una masa cerebralmente blandita y políticamente inane, dispuesta a trascenderse en unos iconos y mitos tan absurdos como inconsistentemente vacuos y evanescentes.
              Si no se encuentra salida al golpe de estado del capitalismo salvaje y lo único que se le ocurre a la gente que no está de acuerdo con el status quo, es esta estética y esta mitomanía, andamos listos. A lo mejor toda esta tontuna adormecedora y cutrecilla es preferible a la marihuana y a la farlopa, pero que conmigo no cuenten para hacer el ridi.
          Rubalcaba ha estado comedido. Gestos y guiños de adversidad frente a la histórica sentencia para contentar a la hinchada y a la militancia, que se supone hoy apoyan a un juez que tanto daño hizo al partido al que traicionó décadas atrás. Al menos el nuevo secretario general no ha dicho ninguna tontería ni nada que se pueda entender como desacato o que se preste al delirio desaforado. No se ha sumado al coro de vociferantes que ya han condenado al Supremo en un juicio popular, paralelo y sin derecho a defensa (para seguir la impronta de su héroe). Siguiendo su estilo de buen pilarista, Rubalcaba se ha limitado a dar un pellizco de monja al establishment judicial, pero sin perder la compostura y el savoir faire. No esperábamos menos de él. Otra cosa es la puesta en escena del diputado Julio Villarrubia, en un dramático alegato de retórica decimonónica tan infulado como banal que anunciaba el apocalipsis judicial dentro del sentimiento trágico de una sentencia desfavorable para el nuevo ídolo de las multitudes. 
               La verdad sobre el caso del ególatra que quiere ser el perejil de todas las salsas. No saquemos las cosas de quicio. Un juez que lleva toda la vida saltándose todos los procedimientos y poniéndose su juzgado por montera, con la insólita anuencia del poder judicial, ha sufrido por fin la condena unánime de siete magistrados del Tribunal Supremo por haber violado el derecho a la defensa de unos imputados, a los que con su acción les favoreció la impunidad de sus presuntos delitos. Esos son los hechos que deberían hacernos pensar, de la misma forma que debería habernos provocado sonrojo la trayectoria de la insufrible starlette de diputado-estrella a juez-vengativo. Que este personaje sea el icono con el que movilizar al rojerío me deprime tanto que es para irse al extranjero. No aprendemos. No vamos al fondo de las cosas. El cuerpo le pide a la gente protestar y replicar. Lógico. El malestar irá creciendo, porque vamos hacia un mundo más injusto, vamos por el camino de más desigualdades, un camino que encima ha votado la mayoría no hace mucho. Pero no le demos alpiste al personal, por favor. Que no se desahogue defendiendo a un juez al que se debería haber separado del servicio hace ya muchos años.
               Y lo cierto es que el personaje, más que un Cid épico y legendario, es más bien un auténtico héroe de cómic (El llanero solitario, El guerrero del antifaz, Superman, ….) con su máscara impostada y su propaganda desmelenada, maniquea y simplona. Y vende muy bien, como esas bazofias llamadas Coca-Cola o McDonalds. Igual que venden mogollón el póster del Che Guevara fumándose un envidiable habano con su barba lampiña cuando era ministro de una dictadura sanguinaria o la foto de Marylin Monroe luciendo radiante su falda hinchada al aire por los respiraderos del metro de Nueva York. ¿Por qué no James Dean? Rebelde sin causa.
          Nos han dicho que este dios de sí mismo es el héroe. Y también nos han contado que el juez justiciero ha sido condenado. En ese caso, los que lo han defenestrado de la carrera judicial son unos villanos. ¡Qué digo villanos! ¡Unos fascistas, ellos son los prevaricadores, los delincuentes, los herederos de la justicia franquista, los que no quieren que se investigue la corrupción, los cómplices de los crímenes de Estado!
              Firma, manifiéstate, súmate a la protesta, a la ola, a la marea garzonita, indígnate, concéntrate, lucha, sueña, llora, ríe, llena las calles de tus gritos defendiendo a tu héroe, no te quedes ahí parado mientras intentan silenciar la voz de la justicia con mayúsculas que merecería por lo menos un premio Nobel si no dos.
                  Ni que decir tiene que algunos asistimos atónitos a las reacciones de defensa apasionada de un juez condenado por unanimidad por siete magistrados del Tribunal Supremo. Y la respuesta del inefable inhabilitado está en su línea habitual, egocéntrica y de escasa consistencia. Hiperbólico en un personaje que trasciende a la persona porque en su papel ya desmadrado ha llegado demasiado lejos en sus delirios de grandeza. Quizá piense que la sentencia adversa que ha sufrido por sus excesos extrajudiciales es un ataque contra toda la humanidad. Quizá ya sabía que era la última vez que podía vestir la toga en un juzgado –pese a ser el acusado- porque él se consideraba capacitado para ser quien juzgara a los que lo han declarado culpable del delito de prevaricación.
                Han tratado de matar al Mesías. Pero no saben que Dios siempre resucita. Y que serán ellos, los malos (como ha dicho ese gran filósofo llamado Cayo Lara) los que en el juicio final deberán responder de sus felonías por haberse reído de los buenos. Esto no lo superan ni Epi y Blas en Barrio Sésamo.

No sé si reír o llorar. 

lunes, 30 de enero de 2012

ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS Y CACIQUISMO


La España de las autonomías escribe un nuevo episodio de despilfarro y caciquismo. 



La España de las autonomías escribe un nuevo episodio de despilfarro y caciquismo. ¿Cuánto van a costar las nuevas elecciones en Asturias? ¿Para qué se necesitan? Sólo para mantener a los nuevos caciques, los imitadores de los particularismos nacionalistas en regiones que más necesitarían recuperar la inversión, el empleo y unos servicios públicos alejados de las obras faraónicas y de gastos absurdos.

Álvarez Cascos, con los problemas que tiene su región , sólo piensa en reforzar su papel de virrey asturiano, contra viento y marea. Estos son los personajes que no pueden tener responsabilidades en un país que se ha despertado de la ficción del talante y se enfrenta a las consecuencias de la dictadura del dinero y de la inanidad de su clase dirigente.

Esperemos que de estas elecciones no salga reforzado, sino más bien laminado políticamente el inefable político astur.

De este maravilloso sistema de autogobierno que nos hemos dotado (tan caro, tan inviable, tan insolidario) han salido los déspotas sectarios y racistas (los Ibarretxe, Garaicoetxea, Pujol, Mas, el inolvidable Pasqual Maragall, el converso e incalificable Montilla, el cántabro Hormaechea, Marqués, el Hormaechea asturiano y el anecdótico y zarzuelero Revilla). Ninguno de ellos ha sido un estadista que haya aportado nada positivo para la gobernación de los asuntos públicos. Todos son no sólo prescindibles, sino rémoras y lastres de los que deberíamos liberarnos. Y ahora le toca a Álvarez Cascos, exiliado del partido que dirigió con férrea mano -el general secretario era llamado- y que se refugia en su feudo para culminar su brillante carrera política como un gerifalte de antaño, que diría Valle-Inclán. Esperemos que los electores asturianos voten con sensatez y lo echen, por muy críticos que sean con todos los demás, que razones no les faltan.

miércoles, 25 de enero de 2012

EL MATRIMONIO CIVIL SIGUE SIENDO UN PECADO

BLÁZQUEZ, EL DIALOGANTE Y OTRAS PERLAS EPISCOPALES
Increíble intolerancia la que ha mostrado el tal Blázquez, hoy obispo de Valladolid, quien pone en cuestión que una mujer casada por lo civil (para más señas vicepresidente del gobierno) pueda pronunciar el pregón de la semana santa en su ciudad natal. En este enlace se pueden ver más detalles. Hasta los prelados más apacibles y de apariencia más liviana, como él, que tan aplacado estaba frente al nacionalismo tras su llegada como foráneo “outsider” vilipendiado por los apologetas de la pureza de sangre, demuestran que la jerarquía eclesiástica no acepta la existencia de otras formas de vida ni de otras opciones que la suya. Hace años que estas reliquias vivientes hacen su labor pastoral al margen de los tiempos –negándose a dar la comunión a los divorciados, por ejemplo- y mostrando su intransigencia para con los demás. Y hechos como éste nos lo recuerdan por si se nos había olvidado. Siguen soñando con un modelo de sociedad uniforme y totalitario, con una moral única, el dogma que ellos profesan, que no admite otra forma de ser ni de pensar ni de existir. Viven cada vez más fuera de la realidad social del país, más encerrados en su mundo retrógrado y oscurantista. Como ha hecho recientemente el obispo de Córdoba con unas ridículas declaraciones que ponen de manifiesto –una vez más- la obsesión sexual de la iglesia y evidencian su indiferencia ante el ridículo esperpéntico que convierte a los mitrados en bufones. No ya quien no crea -¿dónde está para los prelados la libertad de conciencia?-, sino simplemente quien haya faltado alguna vez a alguno de sus ritos, no merece dar un pregón. Menos mal que ya no pueden quemar a nadie en la hoguera. Porque si de ellos dependiera, tendríamos la orden del pusilánime y blandengue Blázquez llevando al fuego purificador a la vicepresidente de un gobierno que, entre otras cosas, les da de comer y les mantiene con el presupuesto pagado por todos los contribuyentes, sean cuales sean sus creencias, sus adhesiones o su confesión religiosa, hechos libres de la vida privada de cada cual en los que tendrían que dejar de entrar estos representantes de un poder no temporal, tan silenciosos ante otros asuntos que les debieran escandalizar más si se guiaran por una visión menos sectaria y excluyente del evangelio. Por si esto fuera poco, ahora sale el arzobispo de Tarragona con unos símiles grotescos, misóginos e innecesariamente faltones que justifican la exclusión de la mujer del sacerdocio. Estos ilustres prelados están convirtiendo en certero y pintiparado el dicho popular de que “a un burro le hicieron obispo y dijo mu”.

viernes, 20 de enero de 2012

PSOE: NOMINALISMO Y CAMBIO



PALABRAS QUE PRETENDEN SER ALGO MÁS QUE PALABRAS FRENTE A PALABRAS QUE SON SÓLO PALABRAS

Está muy bien que se hable de cambio y que se ponga en cuestión el nominalismo sin nada detrás, cuyos resultados conocemos y sufrimos.

Es curioso que quien no desea un cambio que consista en girar sobre nosotros mismos esté apoyado por dirigentes del pasado que lo que hacen es justamente girar sobre sí mismos.

Seguimos echando de menos un debate que no sea meramente autorreferencial. Que cuando los amigos y conocidos nos preguntan en el trabajo, en la calle o en los bares les podamos decir algo más que meros nombres propios y vagas o genéricas definiciones. Porque la gente está esperando que haya una alternativa, no sólo a la ola pepera que domina toda la escena política, sino especialmente al gobierno del capitalismo salvaje, prepotente e indisimulado que impera imponiendo más desigualdad y resquebrajando la cohesión social.

Aparte de la firme e indubitable voluntad de mando en plaza, ¿hay otros proyectos, otras ideas, en las candidaturas que se han postulado

jueves, 12 de enero de 2012

DÉFICIT Y FRAUDE FISCAL




DÉFICIT Y FRAUDE FISCAL

¿Cuánto nos cuesta el fraude fiscal a los que tenemos que pagar impuestos? ¿Por qué hay tan poco interés en perseguir a los máximos responsables de tan baja recaudación? ¿Tanto poder tienen?
Permitiéndome recurrir al topicazo de las asignaturas pendientes, estimo que una de las más importantes para garantizar una convivencia colectiva razonable es la de la conciencia fiscal de la ciudadanía, entendida como la conciencia de que estamos pagando las clase medias y traba asajadoraslariadas –cada día más despojadas y depauperadas- y de que el dinero público debe ser de todos y pagado por todos de forma equitativa y progresiva. Que pagar impuestos es una obligación social. Que el no paga no sólo tiene un problema con Hacienda –a la que torea tantas veces-, sino que también lo tiene con la sociedad, a la que estafa, sin que ésta siempre sea plenamente consciente de que le estén robando. Nada más suicidad para la ética colectiva que percibir a un defraudador como un listillo o semihéroe, por no hablar del trato de favor a la SICAV.
No hay dinero. Pues pídanselo a los que no pagan lo que les correspondería legalmente. El déficit quizá sólo lo paliariía, sin solucionarlo de la noche a la mañana, pero la moral colectiva tendría la oportunidad de dar un paso al frente para defender una mayor equidad y una más adecuada presencia de los servicios públicos esenciales como garantía del ejercicio de derechos plenos.
El fraude fiscal y la función redistribuidora de los impuestos deberían ser asuntos centrales en el debate político general como respuesta al monocultivo del tijeretazo de Rajoy y sus conmilitones.

domingo, 8 de enero de 2012

PRISAS EN EL CONGRESO DEL PSOE





Hoy, 8 de enero de 2012, se reúne el Comité Federal del PSOE a fin de aprobar la ponencia-marco que servirá de base para la discusión del Congreso de febrero.

Las agrupaciones locales del partido, al menos en Madrid, disponen de esta semana para presentar enmiendas a dicha ponencia, lo cual da una idea de la precipitación con la que se lleva a término la discusión a través de los cauces orgánicos de los mandatos u orientaciones que llevarán sus delegados acerca de temas vitales para la organización.

Significa esto que el debate no es que sea secundario, es que, por lo que concierne al plano orgánico y oficial, es un mero trámite, una guinda para cubrir el expediente. No se puede decir que en los prolegómenos y precalentamientos del Congreso no hayan proliferado análisis, manifiestos y reflexiones que pueden arrojar algo de luz sobre el futuro cónclave socialista. Más interesantes los publicados en la prensa, a cargo de francotiradores de diverso pelaje y adscripción. En el ámbito estrictamente interno, aunque con proyección mediática, hasta ahora lo más relevante ha sido la aparición de documentos varios que se han limitado a constituirse en banderines de enganche de las diferentes candidaturas, que no tienen continuidad en cuanto a las propuestas ahí recogidas y los análisis “ad hoc” sobre la derrota electoral, por lo que, como es habitual, en nuestra cultura política, funcionarán como un mero estandarte para reforzar la imagen corporativa de la nueva marca, una suerte de márketing, de exhibición de músculo, de trampolín en la búsqueda de avales, de exteriorización de quiénes son los que están con uno (o con otra) de los dos candidatos que han salido a la palestra. Tanto los actos como los insólitos manifiestos de los acelerados conversos sirven para pasar lista y para contar, actividad esta última siempre muy importante si queremos ubicarnos en la realpolitik.

Las próximas semanas la actividad precongresual va a tener un ritmo frenético: elección de delegados a congresos regionales, que a su vez deberán designar sus propios representantes en el congreso federal, llamamiento a posicionamientos de militantes y cuadros clave, puesta en escena en los medios de comunicación de los mensajes y muestras de fuerza de los candidatos, llamadas, viajes, cenas, reuniones, promesas, presiones, saraos y lo que se tercie con tal de ganar adeptos a la causa. Y sumar, sumar, sumar. Contabilidad, mucha contabilidad, para disponer del sustento real con el que se puede iniciar una negociación, una ofensiva o un cambio de estrategia. Con las cifras se hace la política en un primer estadio. En un segundo plano están las ideas, las palabras más o menos provisionales o evanescentes, que sin las sagradas cifras son puras entelequias o a lo sumo eufónicas y ocurrentes frases que pueden convertirse en eslóganes o ser el estribillo de los mítines internos populistas o de las exposiciones didácticas en busca de más adhesiones.

Es posible que en este escaso mes que media entre el pistoletazo de salida y el día D salgan a la palestra algunas diferencias ideológicas, de concepto, de modelo de partido, de políticas diferenciadas entre los dos candidatos, si es que no hay una tercera vía sobrevenida (suponiendo que la polarización le deje un espacio no meramente testimonial y autoinmolador), cuyas señas de identidad se desconocen, pero cuyas probabilidades de viabilidad estarán ya al albur de la aritmética y quizá de los propios deslices y agravios internos que los dos aspirantes en liza vayan dejando por el camino.

De momento, los dos candidatos ya autoproclamados nos aseguran con el mismo grado de convicción y firmeza que su detergente es el que lava más blanco y vienen a copiarse y contraprogramarse las mismas promesas y a augurar grandes cambios y renovaciones que no echaron de menos cuando estaban en el gobierno y en la comisión ejecutiva. Su estrategia comunicativa, por el contrario, no siempre ha sido la misma. Cierto es que los rupturistas redactores de “Mucho PSOE por hacer” se desmarcaban tajantemente de las políticas que ellos mismos habían protagonizado, mientras que los de “Yo estuve allí” no renegaban tanto de su propio pasado inmediato. El único asunto, no obstante, que ha saltado al debate de forma que los dos candidatos tienen muy complicado decir lo mismo, es el de la cuestión territorial, tanto del Estado como del partido. Frente a la necesidad de un cierto giro hacia un partido unido y coherente y no tan disperso territorialmente, dardo lanzado por Rubalcaba a la militante de un partido hermano que no quiere ser el PSOE, la audaz respuesta de Chacón, en un amago digno de su maestro José Luis, hoy en el limbo, ha sido sacarnos un árbol genealógico en el que no falta comunidad autónoma ni pedanía con la que no esté emparentada. Así, ya nadie pondrá en duda que una hija de andaluz, nieta de castellana y aragonesa pueda ser presidenta de una España unida, pero plural. No sabemos cómo explicará su falta de pureza de sangre cuando tenga que contárselo a los depositarios del hecho diferencial de Convergencia y Esquerra, pero siempre podrá alegar sus servicios al catalanismo y al Estatut para que no la tilden de xarnega, pues, además, ha nacido en Catalunya.

Pero el asunto territorial es una cuestión que se deberá abordar en serio en el Congreso, tanto en la estructura interna del partido como en la necesaria reconducción del título VIII de la Constitución, especialmente inviable en el actual contexto europeo de control del déficit y especulación sobre nuestra deuda soberana. Como otras cuestiones de fondo que deben estar en nuestra agenda:

1. El papel del Estado de Bienestar en la sociedad actual.
2. Modelos de crecimiento económico y de políticas para responder a la crisis del euro, la especulación de los mercados y la estabilidad presupuestaria.
3. Criterios sobre el gasto público y la protección social.
4. Señas de identidad de la socialdemocracia en la Europa del siglo XXI.
5. Relación del partido con sus votantes y simpatizantes y con el conjunto de la sociedad en los intervalos entre elección y elección.
6. Funcionamiento interno del partido:
a. Toma de decisiones y trabajo en equipo.
b. Formas de articular la participación interna.
c. Selección de líderes.
d. Comunicación con la sociedad.
e. Listas abiertas, incompatibilidades, limitación de mandatos.

Todo esto no se puede hacer deprisa y corriendo, sin implicar a muchas personas en la discusión, sin contar con la gente, con ocurrencias de última hora. En la agenda de los que han tomado las decisiones ha primado la urgencia de contar con una nueva Comisión Ejecutiva que hiciera frente a las elecciones andaluzas con una sensación diferente a la de un gobierno cesante e interino encabezados por un líder y un vicesecretario desaparecidos en combate. También el hecho de que dejar pasar marzo podría provocar –si el resultado del PSOE en las autonómicas es adverso y pierde el gobierno- una disgregación notable en las agrupaciones y federaciones de Despeñaperros para abajo que haría más imprevisibles los resultados del Congreso Federal.

Si partimos del hecho de que no es pertinente precipitarse en cubrir el vacío de liderazgo del PSOE como necesidad mayor del partido en la dificilísima coyuntura en la que va a iniciar su nueva andadura, no se justifica que el debate interno y participativo (al que se alude vagamente en todas las promesas de cartón-piedra de los dos flamantes candidatos) quede tan jibarizado que hechos tan esenciales para nuestro futuro como analizar por qué hemos perdido, qué pasa en nuestro contexto internacional más condicionante, qué podemos hacer para presentar una alternativa creíble y atractiva a la derecha gobernante global y local y cómo actuamos interna y externamente apenas ocupen una línea entre los titulares sobre Fulano y Mengano. A los dirigentes salientes se les ha reconocido en los días de vino y rosas que eran maestros en la administración política de los tiempos. Pero los tiempos con los que se ha convocado este congreso federal obedecen a estrategias y cálculos que poco tienen que ver con lo que un partido como el PSOE necesita en este momento crucial de su historia.

Por eso, no les falta razón a quienes solicitan un aplazamiento de la reunión del máximo órgano del PSOE, que probablemente no prosperarán en su propósito. El Congreso, tal como está planteado, va a cerrar la elección de la ejecutiva. El resto de tareas que hacen falta quedarán aplazadas –quizá sine die- como asignaturas pendientes. Algunos comentaristas lo han definido, en estas circunstancias, como un congreso de transición. Pero no sabemos ni cómo ni a dónde va a transitar. Sí intuimos que nos espera una travesía del desierto en la que con viejos mimbres tendremos que construir un producto nuevo que haga frente a una de las peores crisis del capitalismo mundial, en esa Europa por la que tanto suspiramos durante años y que hoy nos hace contener el aliento ante un galopante pesisimismo, la incertidumbre, el miedo y la resignación colectivos. De ahí que no podamos conformarnos con un congreso alicorto que sólo reestructure el poder interno y se preocupe de consolidarlo y ampliarlo en los sucesivos ámbitos territoriales.

No nos podemos conformar de nuevo con la visión cortoplacista –todo se pega- con la que los protagonistas inmediatos de esta historia quieren salir del atolladero, y así seguir haciendo política con minúsculas.